Artículo: Im en ani li, mi li

[Parte II]

Por: Dr. Yitzhak Calafi

חכםSi yo mismo no me ocupo de mí, ¿Quién se ocupará de mí?

Y si lo hago por mí solo ¿Qué valgo?

Y si no lo hago ahora (que tengo la oportunidad) ¿Cuándo?

 

 

Mira también el primer artículo de la serie:

1. Si nosotros los judíos no nos ocupamos de Israel, ¿Quién se ocupará de Am Israel?

2. Si únicamente lo hacemos por nosotros mismos, ¿Qué valemos?

Cuántos pueblos, países y naciones han ido desapareciendo en la historia de la humanidad, ¿quién se acuerda de los etruscos –de la antigua Toscana-, o de los cartagineses, de los romanos, de los visigodos, y de tantos otros centenares de pueblos que han desaparecido sus culturas y lenguas en el mar de la asimilación y fusión con otros pueblos. La ley natural que rige a todos los pueblos hace que sea normal que estos se fusionen y desaparezcan, surgiendo nuevamente otros países y naciones sobre las cenizas de los anteriores. romanos

Am Israel permanece desde su aparición en la historia desde hace casi cuatro milenios, ¿Por qué luchar denodadamente para evitar la natural y normal asimilación, cuando tantos pueblos de la tierra han desparecido fusionándose y adquiriendo otras nuevas identidades? ¿Para que tantos problemas, tantas cuitas, inquietudes y dificultades por mantener nuestra identidad? ¿A caso no han desaparecido otras identidades?

Israel sin la Toráh, sin su conexión divina con la Toráh, es igual al resto de pueblos.

Si prescindimos del legado eterno de Israel, defender a Eretz puede ser equivalente a defender a las naciones que se sienten oprimidas por las potencias ocupantes, fenómeno recurrente a lo largo de la historia.

Defender a Israel es defender su legado, y este es la Toráh

¿Por qué tantas naciones y pueblos han intentado –e intentan- destruir Israel y su legado? ¿Por qué siempre ha habido antisemitismo? ¿Por qué tantos pueblos en contacto con Israel han acabado rechazando a Am Israel?

Si defender a Israel significase defender una cultura entre tantas otras, recuperar una lengua entre miles que han desaparecido y van desapareciendo, (¿quién habla latín en Europa o arameo en Irak, etc.?) o proteger una riqueza e idiosincrasia como tantas otras en la tierra, ¿Qué estamos haciendo, que valemos, para que tanto derroche de energía y tantas preocupaciones y desasosiegos? ¿Acaso no es una ley de la naturaleza que las naciones nazcan, crezcan, se mantengan hasta que entran en declive y desaparecen? ¿No sería conveniente asimilarse e incorporar los buenos valores del judaísmo en el seno ciclosde las naciones?

Estas y otras similares preguntas se formularon no hace mucho tiempo no pocos judíos europeos, mayormente en Alemania y Austria.

Proteger a Israel no es sólo salvaguardar a Israel, es defender a la misma Humanidad en su conjunto, los valores de la Torá, las leyes noáquidas (de Noah) y las mosáicas (de Moshé), vinculantes respectivamente para todos la humanidad y Am Israel, respetar la alteridad –el hecho de ser diferente-, el amor a la vida, la no justificación de los medios por el fin. El cristianismo y el Islam consideran, aunque afirmen lo contrario, que el fin justifica los medios, el primero al declarar que D-s sacrifica a su Unigénito hijo perfecto y sin pecado –Jesús- para salvación de toda la humanidad. Un crimen sacrificial contra un inocente para calmar la ira divina. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. [8]

Y el segundo al legitimizar el Yihad y los asesinatos perpetrados contra aquellos a los que cataloga de infieles con el objetivo de islamizar completamente la humanidad, culminación del ideal islámico.

Tanto el comunismo, el nazismo, el fascismo, como todos los totalitarismos que han asolado la tierra han justificado los medios con el fin de conseguir su “paraíso” o modelo social como objetivo definitivo.

Defender a Israel significa amar la libertad, la justicia social, la igualdad entre los humanos, y considerar que los valores que emanan de la Toráh son valores trascendentes y que no son producto del convenio de una sociedad, o de una elite, o del mismo pueblo de Israel en su conjunto, o de la humanidad, sino que emaguernicanan del Eterno, y no pueden ser cambiados.

Para el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) el imperativo categórico formulado como: “Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”. “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio”. “Obra como si por medio de tus máximas, fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines”, nace de la razón y no de la autoridad divina.

La historia de la humanidad y la antropología nos muestra que la mayoría de los hombres pueden emplear bien la razón, y es por eso el porque la ciencia y el conocimiento avanzan, pero la razón por si misma no lleva a la mosáica mitzvá de “amarás al prójimo como a ti mismo” ni a presuponer que todos los seres humanos procedemos del mismo linaje, de Adam y Java.

En el siglo XX, la Gran Alemania, (Alemania y Austria), era el país de Occidente con el mayor nivel cultural, científico, tecnológico, -muchos judíos la enriquecieron grandemente en todos los diversos campos del saber-, y contaba con la aportación de los más grandes filósofos de la historia del pensamiento occidental, pero el imperativo categórico kantiano estudiado por todos los escolares en Alemania no se practicó. nazismoAuschwitz y tantos otros campos de exterminio invalidaron de facto la tesis kantiana.

Kant presupone como fruto de la razón, y no de la autoridad divina, el imperativo categórico, cuando la historia de su propio pueblo demostrará un siglo más tarde que no es la razón, (los nazis no eran retrasados mentales o gente sin capacidad de razonar), la base del amor al prójimo, ni la consideración de la igualdad entre todos los hombres.

La idea de igualdad de todos los hombres procede de la Torá al afirmar que todos los humanos tenemos los mismos ancestros.

Defender a Israel es creer en la trascendencia del ser humano y en la eticidad del comportamiento. La conducta humana debe seguir una ley moral, una ley ética, que sea trascendente, y no fruto de la conveniencia en una sociedad y en una época. Así como hoy en día cualquier persona cree que hay leyes –las leyes de la física- que rigen el Universo, y hay leyes biológicas, la Torá afirma que el Legislador, el Eterno, ha creado unas leyes morales y éticas para que el hombre viva.

Defender a Israel significa rechaza el relativismo ético que paradójicamente deviene un absolutismo al afirmar que todo, todo es relativo.

Defender a Israel es un canto a la vida, L´Jaim, y un rechazo al nihilismo, asi como A-UNIO~1considerar santa la vida humana, a diferencia del budismo –“religión” de moda en Occidente- que confiere la igualdad entre los seres vivientes, incluyendo a los animales e insectos). [9]

La historia reciente ha demostrado que no es posible ni deseable la asimilación, lo hemos visto como los hijos de Hamalek germanos acorralaron a los yehudim –tanto a los creyentes como a los asimilados- como el perro que persigue a las ovejas de Yaacob, y de nada sirvió la asimilación a los que pensaban que se la asimilación les liberaría del antisemitismo.

¿Por qué siempre ha habido antisemitismo? ¿Por qué tantos pueblos en contacto con Israel han acabado rechazando a Am Israel?

Primeramente contestaremos a la segunda pregunta para pasar a contestar posteriormente a la primera.

La intensidad del odio contra Israel no ha sido constante en la misma nación. A lo largo de la historia un mismo pueblo ha pasado por diferentes etapas de judeofobia, o de simpatía en su relación hacia Am Israel. El actual Irán no tiene la misma relación con Israel que la que tuvo Persia en tiempos de Ciro, ni la España actual a la que tuvo hace siglos, ni tampoco Alemania de hoy en día con la de hace siete u ocho décadas.

platao-doutrinaSon los países sometidos al totalitarismo, sea religioso: cristiano o musulmán, o político: fascismo, nazismo, comunismo, o de cualquier tipo, los que devienen judeofóbicos, siguiendo el modelo del Imperio Romano, heredero del totalitarismo intelectual de los griegos, en especial de Platón: la ciudad debía ser homogénea, adjetivo a lo que en nuestros días se llama “políticamente correcta”. Un ser humano no era considerado como tal, sino ante todo como leal a la civitas romana.

El cristianismo heredará de Roma la exaltación de la polis, colmada por la seguridad de defender la única y exclusiva religión posible en el mundo, lo que conducirá posteriormente a la exaltación política de todos los totalitarismos que nacerán en el seno europeo. Roma, y posteriormente el Cristianismo será hegemónico y hegemonista, lo que excluirá la diferencia y la alteridad del judío que persiste en mantener su identidad a pesar de haber sido derrotado y deportado. La esencia misma de la romanizad es tiránica, existiendo una total analogía entre la cultura romana y la Kultur germánica. Tanto una como la otra eran terrenos fértiles para la formación de mentalidades criminales antisemitas.

El mismo Talmud desvelará la base del antisemitismo al explicar sobre el odio del hamalekita Hamán contra Mordejay y Am Israel [10], a pesar que en todo el libro de Esther no se menciona el nombre de D-s. El relato no trata de una disputa personal entre dos protagonistas, Hamán descendiente de Hamalek y Mordejay, sino que es un profundo debate entre ideologías, un enfrentamiento entre dos concepciones contrarias.

Como dice el rav Iona Blickstein el secreto está encerrado en un versículo del texto que da una nueva luz al tema. Después de haber declarado el aniquilamiento de los judíos,המן llega Mordejay, vestido de saco y de ceniza. Esther envía un representante preguntándole por lo sucedido. Leemos en Esther: “y Mordejay, le expuso de todo lo que había acontecido” [11] , explica el Midrash “ve y dile, el hijo del hijo de que pasó “, (asher karau) por casualidad, por nosotros”. Se refiere a Hamalek, de quien leemos en la Toráh: “cuando te encontró (asher kareja) (por casualidad), en el camino” [12], se pregunta: ¿cual es la relación entre Haman y Hamalek y por que la palabra “mikre”, casualidad se repite tantas veces en el texto bíblico? La discusión entre Mordejay, y el pueblo judío y Haman Ha Agagi, es sobre un solo punto. ¿Tiene el mundo un líder que guíe y supervise, todo lo que sucede o la suerte y la casualidad, es lo que lo gobierna, y todo es fruto de casualidad?

Cuando el pueblo de Israel salio de Egipto gracias a las maravillas y milagros del Eterno, todo el mundo fue testigo de la extraordinaria salvación, quedando totalmente impresionados, así escribe la Toráh: “Escucharon (otros) pueblos y se aterraron, el horror se apoderó de los habitantes de planeta. Los jefes de Edom quedaron confundidos, los poderosos de Moav, se convulsionaron, todos los moradores de Kenaan, se derritieron” [13] Sólo un pueblo queda indiferente, Hamalek. ¡Tonterías¡ dice, por casualidad, un pueblo de esclavos, salió de Egipto, y cuando llegaron al Mar de los Juncos, por casualidad, las aguas bajaron y pasaron, y por casualidad las aguas subieron y los egipcios murieron ahogados. Hamalek, no teme, es el primero que sale a luchar contra Israel, el cree que la casualidad, es la que gobierna el mundo.

Aestado de israelm Israel cree que el mundo no es casual, sino que está gobernado y sustentado por un Creador y Legislador que controla el Universo con las leyes físicas y leyes morales que tienen que regular la vida del ser humano, leyes morales que tienen que ser asumidas libremente por el hombre y la mujer para poder vivir en contacto con el Eterno.

Los pueblos que han rechazado esta creencia o que han desarrollado la teología de la sustitución, apropiándose el rol de Israel y negándole a Am Israel sus derechos son los que han devenido judeófobos.

En la continuación… la próxima semana:

Y si no lo hago ahora (que tengo la oportunidad) ¿Cuándo?

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