Ekev: La gota que agujeró la piedra

Por el Rabino Ilan Rubintein

“Y por consiguiente,si escucharan estos preceptos y los guardaran, el Eterno tu D-os cuidará el Pacto y te otorgará Su merced, conforme a lo que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará” (Devarim7:12).

En el comienzo de nuestra parashá, D-os le advierte al pueblo de Israel como será su relación con ellos cuando entren a la tierra de Israel. Si el Pueblo cumple con el Pacto, le sobrevendrán todo tipo de bendiciones, materiales y espirituales. Pero en caso de no hacerlo también habrá consecuencias negativas.

Traducimos arriba las palabras “ÉkevTishmeún”, como el condicional “Si escucharan”. La palabra “Ékev” es muy inusual en este contexto, ya que para expresar un condicional en hebreo se utiliza comúnmente la palabra “Im” que se traduce como “Si”.

¿Qué nos quiere enseñar la palabra “Ékev”?

Hasta los 40 años Rabí Akiva fue un hombre ignorante. Trabajaba como pastor para el rico Kalba Savua. Rajel, la hija de su patrón,vio el potencial que tenía Akiva y se casó con él con la condición de que fuera a estudiar Torá, una tarea muy difícil para un hombre de su edad.

El Midrash nos cuenta el suceso que cambió su vida, que lo impulsó a Akiva a convertirse en el Sabio más grande de su generación, Rabí Akiva. En una ocasión Akiva caminaba por un paraje cuando algo inusual lo distrajo. Vio una roca que tenía un agujero en el centro. Él se preguntó quién había hecho ese agujero y entonces vio caer una gota que pasaba por ese agujero apenas rozando la piedra, y luego otra y otra. En ese momento encontró la respuesta, la respuesta también a su ambición de convertirse en un sabio. Él dijo: “Si el constante y suave golpeteo de la gota pudo horadar la dura piedra, cuánto más entonces que la fuerza de las palabras de la Torá podrán penetrar mi suave corazón si estudio con constancia”

El Midrash explica que la palabra “Ékev”, traducida literalmente como “Talón”, nos insinúa a los preceptos menos importantes que por su calidad de tal son desatendidos mayoritariamente por la gente, literalmente pisoteados con el talón. Entonces, según esta interpretación, D-os nos dice que para que la bendición de Él se consume debemos respetar no únicamente las grandes mitzvot, esas que todos quieren cumplir, sino también las que parecen insignificantes.

Los pequeños preceptos que cumplimos a diario como el tefilín, como las berajot, los buenos modales, los actos de caridad, de sensibilidad con el prójimo, la participación dentro de la comunidad, incluso el tiempo que podamos dedicar al estudio de Torá, nos hace mejores judíos y nos forman verdaderamente en lo que somos.

D-os no espera que sólo nos anotemos para los grandes momentos de nuestro judaísmo, sino que el judaísmo sea parte integral denuestra vida, día con día.

El judaísmo es como un rompecabezas se arma principalmente de muchas piecitas pequeñas y por más pequeñas que sean la mayor frustración de armar un rompecabezas es llegar al final y darse cuenta que nos faltan dos piezas, aunque el mismo sea de 2000, esas dos ausentes nos generan frustración. Podemos tener las piezas claves pero si faltan esas pequeñas piecitas, el rompecabezas está incompleto.

Si vamos a cumplir con esas pequeñas cosas que dan vida a diario al judaísmo entonces obtendremos la mayor bendición, no sólo la bendición de D-os, sino la bendición de sentirnos plenos en nuestra vida.

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