Masei: ¿Detalles innecesarios o pistas para la verdad?

Por: Rabino Ilan Ariel Rubinstein para Centro Kehila. Todos los Derechos Reservados

Masei“Estos son los viajes de los israelitas, que salieron de Egipto formados en escuadrones, bajo la dirección de Moshé y Aharón” (Bamidvar 33:1).

Ya finalizando los largos cuarenta años de estancia en el desierto, la Torá nos relata los cuarenta y dos lugares donde habitó el pueblo de Israel en el desierto. La Torá especifica cada uno y uno de los lugares donde habitaron, dándonos el registro exacto de los nombres de estos parajes. Descripción que para muchos pudiera parecer innecesaria.

¿Qué sentido tiene mencionar nombre tras nombre las estaciones donde acamparon?

Cuando Dan regresó a su casa de la escuela, como de costumbre, tuvo que escuchar la trillada pregunta “¿Qué te enseñaron hoy en la escuela?” El siempre desganado Dan cambió rápidamente su disposición y pasó a contar el famoso relato del cruce del Mar Rojo.

“Hoy me enseñaron la epopeya de nuestro pueblo en la salida de Egipto. Los judíos se escaparon de la esclavitud, pero luego de unos días de persecución los egipcios los alcanzaron en las costas del Mar
Rojo. La situación estaba muy tensa y nuestros hermanos muy atemorizados. Pero Moshé les dijo que no desesperaran, todavía no le habían mostrado a los egipcios de lo que eran capaces.

marinhaMoshé llamó al Almirante de la marina, al Brigadier general de la aviación y al General de la infantería y después de unas breves deliberaciones, comenzó la batalla. Los barcos comenzaron a disparar sobre los egipcios, mientras que los cazabombarderos puntualmente explotaban los bunkers del enemigo. En ese momento el batallón de ingeniería mecánica desplegó un puente militar por el que el pueblo comenzó a cruzar. Una vez que ya estaban seguros del otro lado del mar cesaron los bombardeos y los disparos. De allí en más se acabó la amenaza egipcia”.

El papá, frunciendo el ceño en señal de incredulidad, le preguntó a su hijo:
–¿Estás seguro que fue así?
A lo que Dan pragmáticamente le contestó:
–Es que si te cuento lo que nos dijo la morá43 ¡no me lo vas a creer!

Siempre existen los incrédulos que dudan de la veracidad de los relatos milagrosos de la Torá. El oportunismo de los líderes o las coincidencias naturales son la explicación para ciertos fenómenos que la religión llama “milagro”. Difícil es poder contrarrestar estas opiniones ya que con el paso de los años, los milagros para los testigos, se convierten en una frágil tradición para quien los escucha.

Rambam interpretó que la mención de los lugares donde acamparon viene justamente a descalificar el argumento de los incrédulos.

Explica Rambam en su libro Guía de Perplejos que la aparente superflua mención del nombre de los parajes es para enseñarnos inequívocamente que el pueblo de Israel vivió de la milagrosa maná que caía del cielo día con día, del milagroso pozo de agua que los acompañaba en esta larga estancia en el desierto y de la protección sobrenatural de D-os de las durísimas condiciones del desierto.

Si la Torá no hubiera mencionado los nombres de estos lugares, los incrédulos hubieran objetado que si bien los judíos acampaban en el desierto, esto era cerca de lugares habitados, donde hay condiciones propicias para la supervivencia humana, semejante a los desiertos que hoy habitan los nómades, donde había cierta vegetación comestible y alguno que otro manantial de agua. Por eso menciona la Torá los parajes que, en su gran mayoría, eran lugares incrustados en la profundidad del desierto donde la subsistencia era sólo posible con los milagros antes mencionados.

La Torá no tiene una palabra de más ni de menos. D-os conoce de antemano el futuro y por este motivo dio el remedio antes que la enfermedad. Esto sólo nos refuerza la admiración a un D-os Todopoderoso.

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