Vaierá: La alegría de Abraham y la risa de Sara

Parashat Vaierá, por el Rabino Ilan Rubinstein

“Y la bendeciré y haré que ella también te dé un hijo. La bendeciré y haré de ella una madre de pueblos y reyes de naciones saldrán de ella. Y se echó Abraham sobre su faz y rió diciendo en su corazón: ¿¡A los cien años engendraré y Sara de noventa años dará a luz!?…Y dijo D-os: ‘Por cierto Sara tu mujer ha de tener un hijo, y lo llamarás Itzjak…’” (Bereshit 17:16–19).

 “Y le dijo (el ángel): Ciertamente volveré a ti el año que viene y he aquí que Sara tu esposa tendrá un hijo. Y Sara lo oyó en la entrada de la tienda, que estaba detrás de él.…Y había cesado en Sara la regla. Y Sara se rió para sí diciendo: ¿Acaso habiendo envejecido volveré a tener mi regla? ¡Y mi marido ya es anciano! Entonces le dijo el Eterno a Abraham: ¿Por qué se rió Sara?… ¿Hay acaso cosa demasiado difícil para el Eterno?” (Bereshit 18:10–14).

Los hijos son la mayor alegría del hogar y la mayor tristeza y vacío cuando no los hay. Abraham y Sara casi habían perdido las esperanzas de tener hijos. En esa época no existían los tratamientos modernos contra la infertilidad pero seguramente no escatimaron esfuerzos y rezos para concebir.

En la parashá de Lej Lejá D-os le confirma a Abraham que va a tener un hijo y Abraham se ríe ante la noticia, D-os le agrega que a causa de su risa lo llamará “Itzjak” (reirá). En esta parashá el ángel le informa a Abraham que está cerca de materializarse la bendición y Sara, que está escuchando detrás de la cortina, se ríe ante la noticia, pero en este caso D-os se enoja con ella dando a entender que ella no creía en Su capacidad. Luego le reafirma que será llamado Itzjak.

¿Por qué si ambos se rieron cuando escucharon la noticia por primera vez, D-os se enoja con Sara pero no con Abraham?

Cronología de cómo se saluda un matrimonio según los años de casados.

Recién casados:

–¿Cómo amaneciste mi amor?

Después de 10 años:

–¡Cómo amaneciste!

A los 25 años:

–¡Pero cómo!… ¿Amaneciste?

Rashí explica que la diferencia radica en la forma de reírse y de la acentuación de las palabras emitidas inmediatamente. Abraham dice: “¿¡A los cien años engendraré y Sara de noventa años dará a luz!?”.Abraham se ríe como diciéndole a D-os ¡Qué gran milagro que vas a hacer! ¿Acaso soy digno de ello? Abraham cree pero se sorprende, su risa es de alegría. Así lo confirma Ónkelos cuando traduce la palabra “Vaitzjak” como “Vajadí” que en arameo significa “se alegró”.

Pero Sara dice: “¿Acaso habiendo envejecido volveré a tener mi regla? ¡Y mi marido ya es anciano!”. A través del signo de interrogación de la frase, Sara muestra incredulidad, su risa es de burla,Ónkelos en este caso traduce “Vaitzjak” como “Vajaijat” que en arameo significa “se rió”. Abraham creyó pero ella no. D-os se enoja con Sara porque una actitud de este tipo es un mal precedente para el futuro. Reírse de algo que tenga que ver con D-os no es lo correcto.

¿Cómo educamos a nuestros hijos en el judaísmo, con la alegría de Abraham o con la risa de Sara?

Decirles frases como ¡Para ir a laMikve vete mejor a un SPA! o ¡Eso de no viajar en Shabat es anacrónico! o ¡Qué no te laven el cerebro, hoy el cerdo es más limpio que la carne kosher! Ciertamente no contribuye a que nuestros hijos vean a su judaísmo con respeto. Se está sembrando en su subconsciente una visión peyorativa de su identidad, lo que en el futuro hará que estos hijos se relacionen sarcásticamente con su judaísmo y no vean mayor reparo para un matrimonio exogámico, ya que no guardan ningún orgullo de lo que son.

La famosa frase ¡No exageres! con respecto al cumplimiento de los preceptos, es el mensaje subliminal más peligroso, ya que identifica a la forma de vida judía tradicional con el radicalismo, donde quizá también casarse con un judío o una judía es una exageración. ¿Por qué tal mitzvá es una exageración y la otra no? ¿Quién es el que califica a cada mitzvá?

Debemos educar a nuestros hijos a sentirse orgullosos de su judaísmo, incluso de lo que no llevan en su casa y ver a quienes sí lo cumplen, con respeto. Como es importante también que quienes lleven una vida de acuerdo a las mitzvot respeten a los que no lo hacen, en el entendido que son sus hermanos y son parte del pueblo de Israel. Es fácil criticar pero mejor es instruir o mostrar un ejemplo. Abraham fue y sigue siendo ese gran ejemplo.

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