Por: Becky Krinsky de Recetas para la vida©
Cuando te sientes abrumado, cansado y aburrido, claramente ha llegado el momento de hacer un cambio radical en tu manera de ser. Hay épocas que nos entran días de crisis, donde sentimos angustia, ansiedad y no tenemos clara una razón suficientemente fuerte para salir adelante. Es aquí cuando surgen una serie de dudas que lejos de ayudar, nos confunden y hasta espantan mas. No te tortures, estos sentimientos son muy constructivos si puedes superarlos.
Por ejemplo: si hoy despiertas y sientes que eres la misma persona que fuiste ayer; que el día que viviste no te trajo un aprendizaje un cambio mínimo, una nueva idea, puede ser que no avanzaste en tu camino por la vida. De hecho, puede ser que quizá, retrocediste.
Quedarse en el mismo lugar implica, en realidad, dar un paso atrás. La vida es movimiento, es crecer, aprender, descubrir encontrar una razón para caminar hacia adelante. Eso es vivir, renacer, reinventarte…
En ocasiones la vida nos presenta situaciones límites que nos obligan a cambiar: enfermedades, el proceso normal de crecimiento, la partida de los hijos, divorcios, matrimonios, pérdidas, etc. Si no cambiamos ante tales circunstancias, sucumbimos. Al mismo tiempo, toda transformación implica que hay que tomar una nueva dirección, un nuevo destino o desarrollar una nueva manera de pensar y de actuar. De alguna manera, estos momentos nos marcan y definen algunas etapas de nuestra vida.
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En esos momentos resulta importante definir qué queremos lograr y quiénes somos. Siempre tenemos opciones, la posibilidad de elegir, de hacer o de no hacer. Si no te arriesgas a cambiar, el precio por permanecer igual es aún mayor, y probablemente nunca descubras ha dónde hubieras podido llegar ni qué pudiste haber sido. Para poder cambiar es importante saber quién eres.
¿Qué tanto te conoces?
Nuestras características, tanto buenas como malas, nos hacen ser lo que somos. Los aspectos negativos nos hacen crecer, aprender y mejorar, los atributos positivos nos dan confianza, nos alientan y nos fortalece el carácter.
Es así que estas características no tienen un valor positivo o negativo. Lo que en un contexto determinado es una debilidad, en otro puede ser una fortaleza. Por ejemplo, un mentiroso puede utilizar su creatividad e ingenio para escribir una novela, o para convertirse en actor profesional. De la misma manera, también una cualidad puede convertirse en una debilidad.
El secreto consiste en saber utilizar positivamente todas las habilidades y destrezas con las que cuentas. Puedes trabajar en ti mismo y aprender a utilizar las tendencias negativas de tu personalidad para propósitos positivos y constructivos.
Recomendación
Identifica el área en la que debes trabajar. Saber cuáles son tus debilidades equivale a descubrir un nuevo poder. Descubre, usa tu creatividad y no pares hasta convertir tus defectos y debilidades en fortalezas.
Acciones concretas que te pueden ayudar:
- Edita tus propios pensamientos. Esto quiere decir que si te descubres pensando algo en forma negativa conviértelo en un enunciado positivo.
– Las afirmaciones se deben realizar en positivo.
– Las afirmaciones se deben realizar en tiempo presente y en “realizado” - Las afirmaciones se deben realizar de un modo concreto y formularse en primera persona
- Mantén una perspectiva y actitud positiva ante la vida.
- Anticipa resultados favorables
- Reconoce y expresa gratitud
- Sonríe frecuentemente
“El que siembra un pensamiento, cosecha una acción. El que siembra una acción, cosecha un hábito. El que siembra un hábito, cosecha un carácter. El que siembra un carácter, cosecha un destino”.
*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente.
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