Por Rabino Ramy Avigdor
Vienen acercándose las altas fiestas y con ellas la esperanza eminente que acompaña el inicio de un nuevo año. Nuestros corazones se llenan de emoción, de alegría. En nuestros hogares sentimos un ambiente especial, hay algo diferente en el aire. “El Rey está en el campo”. D’os el Rey de los Reyes baja de su morada celestial y está más cerca de nosotros, el que quiera puede sentirlo. Con la puesta del sol, la última del año, venimos al rezo, nos emocionamos con las nostálgicas melodías. Con la misma elevación empezamos la cena festiva de Rosh Hashana, un ritual lleno de simbolismos. Nos deseamos un año bueno y dulce.
Desde mi niñez, el Siman (señal) que más me fascina es la granada, que con su color rojo vivo y su sabor agridulce nos hace vivir un momento casi exclusivo de Rosh Hashana. Todos sabemos que comemos granada en Rosh Hashana pues esta fruta tiene 613 granos, tal cual es el número de Mitzvot que hay en la Tora, cierto? Pues discúlpenme si los desilusiono, pero mis cuentas empíricas desde niño nunca llegaron ni cerca de 400 semillas!
Analicemos el texto del Yehi Ratzon de la granada: “Sea Tu voluntad, Hashem, D´s nuestro y D´s de nuestros padres, que estemos repletos de preceptos como granadas”. En un nivel superficial uno puede interpretar que de la misma forma que la granada tiene muchas semillas, deseamos ser meritorios de hacer muchas Mitzvot. Esta interpretación, aunque bonita, no me parece correcta, ya que en los Midrashim y en el Talmud la granada es símbolo del judío más descuidado de cumplir Mitzvot. Así dicen nuestros sabios: “Incluso el más vacío de ellos, está lleno de Mitzvot como la granada”. ¿Esto es lo que pedimos en Rosh Hashana, que cumplamos los preceptos divinos de una forma mínima, como los más vacíos?
Permítanme sugerir una explicación más profunda, que con la ayuda de D´s echará una nueva luz al mito de las 613 semillas. Sabemos que es imposible para cualquier judío, por más Tzadik que sea, cumplir todas las 613 Mitzvot, pues en ellas hay preceptos específicos a los Cohanim, específicos a las mujeres, etc. Solamente en el cómputo general, o sea, si consideramos a todo el pueblo como una única entidad, es que podemos llegar a las 613 Mitzvot. Alguien ya intentó pelar una granada, para sacarle las semillas? El que lo intente se va a dar cuenta de algo muy curioso. Es muy difícil separar las semillas de la granada, es una verdadera lucha, parece que los granos no quieren, por ningún motivo, apartarse los unos de los otros y todos de la propia granada. Las semillas de la granada hacen de todo para quedarse unidas a su semejante y a su origen.
Esto es lo que pedimos en Rosh Hashana, que cumplamos las 613 Mitzvot como la granada, es decir, con unión y hermandad entre nosotros, para que no seamos considerados meras semillas sueltas, sino que una sola entidad. Esta es la única forma de llegar a la plenitud del cumplimiento de la Torá. Mientras estemos divididos en grupos y subgrupos, nunca lograremos hacerlo. Al mismo tiempo pedimos que todos nosotros, unidos, nos apeguemos a nuestro origen, a nuestras tradiciones y valores milenarios. No estamos mintiendo a nuestro niños, la granada realmente puede tener 613 granos, pero solo con la condición de que cada uno aporte el suyo, que sepamos respetarnos y amarnos, que seamos un solo pueblo atado fuertemente a la Tora!
Que D’os bendiga a todo el pueblo de Israel con la unión, el amor al prójimo y a D´s y a Su Tora, y que seamos todos inscritos en el libro de la vida, Amén.
Me gusta mucho el simbolismo de la granada en su fiesta del Rosh Hashana, además de ser una fruta muy bonita y deliciosa! Gracias por el artículo.