Vaetjanan: D-os, Einstein y el Universo

Parashat Vaetjanan, por Dr. Yitzhak Calafi

En ese tiempo le rogué al Eterno: “¡Oh D-s Eterno! Tú has comenzado a mostrar Tu grandeza y Tu fuerte mano, pues ¿qué otro dios hay en el cielo o en la tierra que pueda hacer Tus obras y que tenga Tu poder? [Devarim 3:23-24]

La grandeza de D-s en la Torá

Moshé se referirá a la grandeza del Eterno y Su mano poderosa, su mano liberadora de la esclavitud de nuestro pueblo Israel en Egipto, y de los eventos ocurridos después de la salida del país de los faraones y la visión de la futura inmediata conquista de Canáan, como relatan algunos Midrashim. Y Rabí Bajyéh aclara: “Tú has comenzado a dar, por mi intermedio, la Torá; así pues ella no puede realizarse más que en la tierra de Israel, ahora termina Tu obra como ha sido dicho: A aquel que comience una Mitzvá se le dice que la termine” [Talmud Yerushalmi. Pesajim X, 5].

La grandeza del Eterno la podemos ver en la magnificencia de Sus estatutos, preceptos y leyes éticas y sociales establecidas en la Torá, porque en guardarlos y cumplirlos residirá nuestra sabiduría ante los ojos de las demás naciones, que al tener conocimiento de tales estatutos dirán: “por cierto es un pueblo sabio e inteligente”. [Devarim 4:5-8] [1]

La grandeza de D-s en el Universo

Ibn Caspi (1279 – 1340) [2] comentará el porqué Moshé al finalizar su vida, dice que D-s “empezó” a mostrarle Su Grandeza y su poder Fuerte: Pues no puede concebir el hombre, así fuere al perfecto entre los perfectos, de Sus Obras, Bendito Sea Él, más que los comienzos; no puede llegar a la esencia de las mismas y mucho menos a su fin último”.

Albert Einstein (1879 – 1955) siglos más tarde dirá: “La inteligencia nos aclara la relación entre medios y fines. Pero el mero pensamiento no puede darnos una idea de los fines últimos y fundamentales. Para dejar en claro estos objetivos fundamentales y las valoraciones y ponerlos rápidamente en la vida emocional del individuo, me parece que precisamente la función más importante que la religión tiene para moldear en la vida social del hombre”.

Nuestros jajamim afirman que las Acciones del Eterno son insondables y Su Grandeza infinita. No obstante, debemos aspirar permanentemente a llegar a conocer algo de Su Esencia, siendo plenamente conscientes de nuestras humanas limitaciones. Esta aspiración procede de la misma esencia de que está hecha nuestra alma: imagen y semejanza del Creador.

Albert Einstein afirmará:”Todo el que está seriamente involucrado en la búsqueda de la ciencia se convence de que un Espíritu se manifiesta en las leyes del Universo, un espíritu muy superior al del hombre, frente al cual uno con nuestros modestos poderes debe sentirse humilde.”

Hace más de treinta siglos el salmista escribirá: Cuando contemplo Tus cielos, la obra de Tus dedos, la luna y las estrellas, que Tú has establecido, ¿qué es el hombre para que Tú te acuerdes de él? ¿Y qué es el hijo del hombre, para que Tú pienses en él? Sin embargo lo has hecho apenas un poco más pequeño que los ángeles, y lo coronaste con gloria y honores. Hiciste que tuviera dominio sobre las obras de Tus manos. Pusiste todas las cosas bajo sus pies. [Tehilim 8:4-7]

Esta emoción y éxtasis mística al contemplar el Universo es la que Einstein considera como germen de toda ciencia verdadera: “La mejor emoción de la que somos capaces es la emoción mística. Aquí yace el germen de todo arte y toda ciencia verdadera. Cualquier persona a la que este sentimiento es ajeno, que ya no es capaz de asombro y vive en un estado de miedo es un hombre muerto. Saber que lo que es impenetrable para nosotros realmente existe y se manifiesta como la más alta sabiduría y la belleza más radiante, cuya forma bruta sólo son inteligibles a nuestras facultades pobres, este conocimiento, este sentimiento … que es el núcleo del verdadero sentimiento religioso. En este sentido, y sólo en este sentido, me encuentro entre los hombres profundamente religiosos.”

Albert Einstein dirá: “El sentimiento religioso de los científicos toma la forma de un extasiado asombro ante la armonía de la ley natural, que revela una inteligencia de tal superioridad que, comparada con ella, todo el pensamiento sistemático y la actuación de los seres humanos es un reflejo absolutamente insignificante.”

Estamos hechos a imagen y semejanza de nuestro Creador, sabemos intuitivamente que todo tiene un orden y leyes a pesar que aparentemente pueda parecer caótico y caprichoso. Como dijo Albert Einstein:”La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo.”

La ciencia, el intelecto humano, busca la regularidad y el orden que subyace bajo la apariencia del desorden, por que “La mente humana no es capaz de comprender el Universo. Somos como un niño pequeño entrando en una enorme biblioteca. Las paredes están cubiertas hasta los techos con libros en muchas lenguas diferentes. El niño sabe que alguien debe haber escrito esos libros. No sabe quién ni cómo. No entiende los idiomas en que están escritos. Pero el niño señala un plan definido en la disposición de los libros, un misterioso orden que no comprende, pero sólo vagamente sospecha.”

“No hay forma lógica para el descubrimiento de las leyes elementales. No es sólo el camino de la intuición, que es ayudado por una sensación de orden que está detrás de la apariencia.” [Albert Einstein]

LUZ

El ser humano se ha erigido en un dios y cree que por su intelecto colectivo podrá entender y comprehender el Universo, la Creación. “Un ser humano es una parte de un todo, llamado por nosotros Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es una especie de prisión, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por unas pocas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivientes y toda la naturaleza en su belleza”. [Albert Einstein]

Hoy gran parte de la humanidad se encuentra en el mismo estado espiritual como Faraón “ayer” que se creyó que él se había hecho a sí mismo: “Has de hablar y has de decir: Así ha dicho Ado-nai Elo-him: He aquí que Yo estoy sobre ti, Parhoh, rey de Egipto: el monstruo grande, el que yace en medio de sus arroyos, el que dijo: mío es mi Río y yo me he hecho.” [Yejezkel 29:3]

Debemos tener cuidado de no hacer al intelecto nuestro dios, aquel tiene, naturalmente, poderosos músculos, pero no personalidad.” [Albert Einstein]

Realmente somos muy limitados, por mucho que la colectividad humana avance en ciencia y tecnología, la parte no podrá nunca comprehender ni abarcar el todo y menos al Creador de todo lo creado. ”Lo que veo en la Naturaleza es una estructura magnífica que podemos comprender sólo muy imperfectamente, y que esto debe cubrir una persona pensante con un sentimiento de humildad. Este es un sentimiento genuinamente religioso que no tiene nada que ver con el misticismo.”

“Quien se compromete a erigirse a sí mismo como juez de la Verdad y del Conocimiento es náufrago de la risa de los dioses.” [Albert Einstein]

Moshé sabía que única y exclusivamente D-s había creado la Creación, valga la redundancia, el Universo y que todo lo existente no era un capricho o una casualidad. “D-s no juega a los dados con el universo”. [Albert Einstein]

NOTAS:
[1] Ex ministro chino explicó por qué los judíos son inteligentes. Por Israel
http://www.porisrael.org/porisrael/index.php?option=com_content&view=article&id=4390:ex-ministro-chino-explico-por-que-los-judios-son-inteligentes&catid=51:mundo&Itemid=526
[2] http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Caspi
Frases de Albert Einstein sobre la espiritualidad (en inglés) SimpleToRemember.com

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