Bamidbar: Viajando con estilo

Parashat Bamidbar

Por el Rabino Ilan Rubinstein

“Cada uno junto al estandarte de su tribu, acamparán los hijos de Israel en disposición de abanico frente al Tabernáculo” (Bamidvar 2:2).

Vivimos en un mundo donde viajar se ha vuelto una aspiración de vida. Muchos gastan todos sus ahorros del año en un viaje. Hay viajes exóticos como ir a playas vírgenes o a explorar la selva. Hay quienes disfrutan de un mes en la playa y hay otros que la principal función del viaje es el Shopping. Un grupo selecto elige viajar con estilo, habitaciones de hotel de 400 dólares la noche, cruceros en suite preferencial, lo importante no es el dinero sino la buena vida en ese viaje.

Hace 3300 años atrás nos tocó viajar un viaje exótico por el inhóspito desierto del Sinaí, nos tomamos unos cuantos días en la playa, no precisamente para estar cómodamente reposando en las claras arenas del Mar Rojo, sino tratando de quitarnos la amenaza de los egipcios. No nos fuimos de Shopping, pero fue como si hubiéramos ido, el mar arrojó el botín de los carruajes de los egipcios. Pero esto no fue todo, también viajamos con estilo. No, no del que hablamos antes, vamos a explicarlo.

Cuando el pueblo de Israel había construido el Tabernáculo en el desierto, D-os organizó la forma de viajar. Las doce tribus debían trasladarse ordenadamente alrededor del Tabernáculo.

Pero la forma de agrupar las tribus no era de menor a mayor. No era Rubén el que viajaba primero, sino Yehudá. A la retaguardia no viajaban Efraim y Menashé, sino Dan, Asher y Naftalí. ¿A qué se debía esa distribución, esta forma de organización?

Un policía de Brooklyn va siguiendo a dos jóvenes que van en una motocicleta. Es obvio que son jasidim, la kipá, las peies, los tzitziot.

No simpatizando con los judíos, los sigue un buen rato tratando de pescarlos en una infracción. Frustrado los para.

–Los he venido siguiendo y he observado cada movimiento

tratando de pescarlos en una infracción, pero ustedes parecen conductores perfectos, ¿cuál es su secreto?

–Es que D-os está con nosotros.

–¡Ajá, eso era!, ¡tres personas en una motocicleta!

Explica Rab Shlomó Efráim de Luntschitz (En su comentario Kli Yakar) que el orden responde a los cuatro niveles de perfección humana de mayor a menor que son: la sabiduría, las buenas cualidades, la fuerza y la riqueza y ya fue dicho que la presencia Divina sólo puede posarse sobre un sabio, rico, fuerte y humilde (representando la humildad la cualidad más importante). Cada uno de los cuatro grupos representaba una de las cuatro perfecciones.

Yehudá, Isajar y Zevulún, el primer grupo hacia el oriente, representan la Torá. Yehudá fue bendecido por su padre Yaakov: “No se apartará el cetro de Yehudá ni tampoco el (báculo del) legislador de entre sus pies” lo que significa que serán los líderes espirituales en Israel y la diáspora, como los legisladores de la Torá. Con respecto a Isajar está escrito: “De los hijos de Isajar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer”.6 Y de Zevulún fue dicho: “Y de Zebulún los que manejaban el punzón de escribiente”, además de ser ellos quienes mantenían a los Sabios de Isajar.

Rubén, Shimón yGad, hacia el sur, representan las buenas cualidades. Entre ellas la sumisión representada por Rubén cuando reconoció su error que hizo con Bilhá, la concubina de su padre.8 Shimón eran maestros, escribas y pobres, donde se encuentra la sumisión. Gad es reconocido por su bondad “La justicia divina hizo…”

Efráim, Menashé y Biniamín, hacia el poniente, representan la fuerza. Efráim y Menashé descienden de Yosef y tomaron su lugar y Moshé bendice a la tribu de Yosef: “Su gloria será como la de un toro primerizo y sus cuernos serán como los del búfalo”. Sobre Biniamín fue dicho: “Biniamín es un lobo que desgarra…”

Dan, Naftalí y Asher, hacia el norte, representan la riqueza. Los tres fueron muy ricos como lo expresa la bendición que Yaakov les dio: “De Asher saldrá el pan suculento”, “Naftalí colmado de favores y la bendición del Eterno”, de la bendición del Eterno mana la abundancia económica. La tribu de Dan hizo los becerros de oro, en la época de la división de Israel en Israel e Yehudá, por la abundancia del mismo. Esta perfección es la menos importante, por esta razón viajaban últimos.

De aquí vemos que la organización del viaje del pueblo de Israel no representaba lujos y excentricidades, sino un propósito claro y un acompañamiento único. D-os pretendía que el pueblo de Israel tuviera presente su finalidad, alcanzar las cuatro perfecciones, pero siempre teniendo presente a D-os, ya que D-os los acompañaba, Él estaba con ellos. ¡Esto sí es viajar con estilo!

 

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