Tetzavé: Hasta la última gota

Por el Rabino Ilan Rubinstein

“Y tú (Moshé) ordena a los israelitas que tomen para ti aceite puro de oliva, prensado, para iluminación, para encender la luminaria constante” (Shemot 27:20).

Uno de los trabajos sobresalientes del Tabernáculo era el encendido de la Menorá, el candelabro de siete brazos. La misma representaba la espiritualidad, la flama que sube hacia el cielo como el alma que busca su alimento espiritual. Debía ser encendida con el mejor aceite, aceite puro de oliva.

Dice el Talmud:31 “Dijo Rabí Iojanán: ¿Por qué compararon a Israel con el olivo? Al igual que el olivo brinda su aceite al ser prensado, así Israel no regresa al buen camino sino por medio de la opresión”.

Esta comparación nos habla de la obstinación del pueblo de Israel. En el transcurso de la historia hemos necesitado de llamados de atención para dejar esta obstinación y enderezar el camino.

Sin embargo pudiéramos encontrar la relación desde una perspectiva positiva, juzgando al pueblo de Israel para bien.

En el Bar del pueblo estaban tan seguros de que su barman era el hombre más fuerte del lugar que ofrecían 1000 dólares a quien pudiera superarlo.

La prueba consistía en que el barman exprimiría con su mano un limón sacando hasta la última gota de jugo y luego pasaría el limón al cliente, quien pudiera sacar una gota más se llevaría la jugosa suma.

Muchos lo intentaron, levantadores de pesas, luchadores, deportistas pero nadie lo logró.

Un buen día, Shmirl, un hombre mayor, flacucho y encorvado se acercó al barman y con una voz chillona le dijo:

–Me gustaría participar en la prueba.

Luego de que se acallaron las risas, el barman le dijo: “está bien”. Tomó un limón y lo exprimió, luego le entregó a Shmirl el limón tan chato que parecía haber sido pisado por un tren.

Las risas dieron paso a un silencio profundo cuando Shmirl tomó lo que quedaba del limón, lo exprimió y cuatro gotas adicionales cayeron al vaso.

El público irrumpió en un entusiasta aplauso mientras el barmanle pagaba los 1000 dólares a Shmirl.

–¿De qué vives?, ¿eres karateca, estibador en el puerto…? –Lepreguntó.

–No, en absoluto, soy cobrador de la Yeshivá Etz Jaim.

La Torá  nos relata que en la esclavitud de Egipto cuanto más nos oprimían más nos aumentábamos. Es una realidad, que ante la opresión, hemos sabido redoblar esfuerzos y asumir una actitud de sacrificio para poder sobreponernos a la adversidad. D-os sabe que podemos dar más y con su ayuda hemos salido adelante.

El comienzo mismo de nuestro pueblo fue una lucha por superar la esclavitud y lograr la tan ansiada libertad, el pueblo de Israel no nació en bandeja de plata, se forjó en el crisol de hierro.

Ejemplo de esto es los excelentes comentarios del Talmud y la Torá que se escribieron en la edadmedia cuando el pueblo de Israel sufría a diario los embates del odio antisemita.

Otro gran ejemplo es la creación del Estado de Israel 3 años después de la tragedia moderna más importante del pueblo de Israel, el Holocausto.

Está comprobado que generalmente quienes trabajan a presión logran maximizar su potencial, obviamente debe ser esta una presión medida y positiva.

Este es uno de los secretos del éxito del pueblo de Israel. En momentos de opresión y adversidad supimos sacarle al limón unas cuantas gotitas más para seguir adelante.

Shmirl es uno de muchos judíos para quienes la palabra “imposible” no es parte de su vocabulario, el limón siempre dará una gota más.

D-os quiera que siempre seamos presionados para la segunda finalidad. Para

poder dar lo mejor de nosotros.

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