Soy judío de una vez al año. Asisto al Templo solo en Yom Kipur y muy de vez en cuando para Rosh Hashaná. Y desaparezco hasta las próximas fiestas del año entrante.
Al ingresar estas fiestas en un pequeño templo de mi vecindad, encontré al rabino dando la bienvenida en forma personal a cada uno de sus visitantes. Entonces me animé a hacerle una pregunta:
Imagino… rabino, que ustedes los religiosos…piensan que muy poco o nada tengo de judío, porque sólo vengo al templo una vez al año ?
El rabino me miró fijamente a los ojos y comenzó a hablar pausadamente. Creo que estás muy equivocado. Tengo que confesarte que hasta a veces siento un poco de envidia de los “judíos de una vez al año.
Mi vida es siempre igual; voy a la sinagoga todos los días, observo el Shabat, como Kasher, rezo, cumplo con todos y cada uno de los preceptos de la Torá. En fin, hago todo lo que D´s espera de mí.
Pero lo hago porque sé lo que esto significa. He sido privilegiado con aprender y enseñar el significado de la Torá y he visto la transformación que la Torá logra en las personas. No hay ninguna sorpresa en lo que yo hago.
Pero vos, que probablemente tienes una escasa educación judía; que seguramente no conoces o quizás no te interesa el significado de las oraciones y poco y nada sabes de la Torá; más aún, hasta puede ser que no estés muy seguro si crees o no en nuestra religión. ¿Porqué viniste hoy ? ¿Qué estás haciendo aquí en el Templo?
No me contestes. Yo te lo voy a decir .
Viniste porque tienes un alma judía.
Yo, como judío observante, tengo todas las razones para venir a la Sinagoga. Mi mente y mi corazón me dice que tengo que venir, mis hábitos me obligan a venir; vengo porque vine siempre y seguiré viniendo…
Pero tu, que eres un judío de una vez al año, no tuviste ninguna razón para venir. Lo hiciste porque salió de lo profundo de tu ser. ¡El “ ser judío” te dijo que vengas!
Las altas fiestas son el momento en que el judaísmo sale del armario. El alma judía hace una declaración: “lo entienda o no, soy judío y mi lugar hoy, es aquí en este Templo”.
Así que por favor, querido amigo, no te sientas incómodo viniendo al Templo una vez al año. Quizás entendiendo algunas pequeñas cosas de nuestra identidad, quizás si estudiaras un poquito de Tora, podrías convertirte de un judío de una vez al año, a un judío de una vez al mes o incluso de una vez a la semana. Pero aunque así no sea, con solo venir una vez al año, me demuestras que TU ALMA ES Y SEGUIRÁ SIENDO JUDÍA.
Bienvenido a tu casa.
Texto original : Rabino Arón Moss ( Sydney-Australia )
Adaptación y modificación : Daniel Saslavchik ( Buenos Aires-Argentina )
Imágen: Keith H, licencia: https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/
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