Parashat Emor
Por el Rabino Ilan Rubinstein
“Y le dijo el Eterno a Moshé: ‘diles a los sacerdotes hijos de Aarón y les dirás a ellos que no se impurifiquen con muertos entre su gente’” (Vaykrá 21:1).
La expresión “diles y les dirás”, resulta obviamente redundante. Rashí explica esta redundancia diciendo que las palabras “les dirás” vienen a advertir a los Cohanim que cuiden a sus hijos pequeños que tampoco se impurifiquen.
Muchos padres que ven a sus hijos hacer algo malo suelen decir: “Déjalo es pequeño, cuando crezca ya no lo va a hacer”. ¿Acaso no es lógico?
Un hombre discutía este tema con Aristóteles, si era bueno empezar la educación desde temprano o darles a los niños la posibilidad de desarrollarse solos y más tarde ya inmiscuirse en su educación.
Aristóteles llevó a su compañero a la ventana y lemostró el jardín del parque, luego desvío su cabeza hacia un pastizal e hizo lo propio.
Le preguntó retóricamente: –¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? Uno es un jardín ordenado y el otro un conjunto de maleza. A uno se lo dejó crecer naturalmente y al otro se lo trabajó para que llegase a ser un hermoso jardín. Y si quisiera hacer del pastizal un jardín ¿qué debo hacer? –preguntó.
–Sembrar flores y plantar árboles –respondió.
Sonriendo, Aristóteles le dijo: –No, primero debo quitar toda la maleza.
La Torá no está de acuerdo con esta postura ya que al margen del raciocinio, el hombre es un “animal” de costumbre, en el futuro ya no va a alcanzar con que le digamos que esto está prohibido, necesitaremos esforzarnos para revertir este patrón de conducta ya arraigado en él. Para evitar estas situaciones la educación tiene que ser impartida desde la más tierna infancia.
Parafraseando al Pirkei Avot, cuando todavía estamos escribiendo en un papel nuevo, donde no es necesario borrar para reescribir.
La palabra “educación” en hebreo es “Jinuj”, la misma palabra se usa para el concepto “estrenar”, lo que refuerza nuestro postulado que debemos ser nosotros, los padres y educadores, los primeros en llenar de contenido a los niños, lo primero que deben conocer son las flores y los árboles, no la maleza.
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