Parashat Vayélej: Rabino Ilan Rubinstein
“Y fue Moshé y habló todas estas cosas a todo Israel. Les dijo: ‘Tengo 120 años ya no puedo salir ni regresar (a la guerra y de la guerra) y D-os me dijo que no pasaré el río Jordán” (Devarim 31:1,2).
En esta parashá se sella el destino final de Moshé, el mismo Moshé le confirma a su pueblo que, definitivamente, no va a pasar a la tierra de Israel. Sus últimas palabras son de motivación pero también de advertencia, motivación para que sigan adelante bajo la guía de Yehoshua, y advertencia para evitar desvíos que lastimen el destino del pueblo.
En el versículo antes mencionado pareciera que la expresión “y fue” está demás, ya que al final de la parashá pasada, el mismoMoshé les estaba hablando, entonces ¿qué necesidad hay de escribir esta expresión? ¿A dónde fue?
Un Rebe tenía tres alumnos. En una oportunidad les preguntó:
–¿Si sólo te quedara una hora de vida, qué harías en ella?
El primero pensó y dijo: –Pasaría esa hora estudiando Torá.
El segundo meditó y dijo: –Yo pasaría esa hora en el éxtasis del
rezo.
El tercero fue más humano: –Yo la pasaría amando a mi familia.
–Cada uno ha dado una respuesta profunda –dijo el Rebe. Los alumnos miraron al Rebe y al unísono preguntaron: –¿Y usted Rebe, qué haría si sólo le quedara una hora de vida?
–¿Yo? –Preguntó el Rebe– Yo pasaría esa hora haciendo lo que he venido haciendo toda mi vida. Luego tomándose de su larga barba, sonrió y agregó:
–Lo que yo he venido haciendo toda mi vida es sagrado.
Explican nuestros Sabios que Moshé, a pesar de que D-os no le dio permiso para entrar a la tierra de Israel, al final de sus días siguió andando, llámese progresando. Moshé no perdió su dinamismo hasta el último momento. Moshé no cambió hacia el final esperando completar algo que le faltaba. Toda su vida fue acción, fue enseñanza y fue aprendizaje. Eso es lo que siguió haciendo hasta el último momento. Toda su vida fue sagrada.
Hay gente que si recibiera una noticia como la de Moshé, inmediatamente caería en la desesperación, ya que son esclavos de las circunstancias y viven postergando las cosas importantes de la vida, ¿cómo harán ahora en tan poco tiempo para hacer todo eso que eternamente postergaron?
Moshé vivió con intensidad cada momento de su vida y de la misma manera vivió sus últimos días independientemente de si iba a cumplir su sueño de entrar a la tierra de Israel o
no, y sin importar cuánto tiempo le quedaba, ya que cada momento vale la pena ser vivido, al margen de las circunstancias.
Quien no tiene pies no renuncia a la vida porque ya no puede caminar, quien no tiene salud no renuncia a la vida por su dolencia, quien no tiene dinero no renuncia a la vida por su carencia.
Nuestro judaísmo se debe vivir con intensidad, siendo dueños de nuestro destino, no esclavo de las circunstancias.Cada individuo debe explotar al máximo su potencial como lo hizo Moshé.
¡Nunca dejemos de andar!
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